Oficio de herejes

Ser periodista no es fácil. Nadie puede imaginarse cuánto hay detrás de una simple noticia, de un párrafo, hasta de la más insignificante de las líneas.

No importa a veces lo que hagamos, siempre seremos los herejes. En la mayoría de las ocasiones “quedas mal” con alguien: con el pueblo que quiere verse reflejado en unos medios que no pocas veces le desconoce como la voz más importante; o aquellos con responsabilidad suficiente como para cuando se critica un sector determinado se sientan “heridos”, o “mal tratados”.

Hay veces que debemos, incluso, armarnos de fuertes corazas, capaces de resistir cualquier ventisca por diabólica que sea. No interesa qué hagamos, a dónde vayamos, siempre tenemos más ojos de los que quisiéramos puestos para lo que hacemos. Leer más de esta entrada